El Atún como fuente de riqueza:
El paso migratorio de los atunes por aguas del Estrecho de Gibraltar
ha propiciado el desarrollo de la pesca y comercialización de esta especie
desde tiempos remotos hasta nuestros días. La utilización de complicadas redes
para la pesca del atún era ya conocida en la época de los fenicios y si bien
han ido modificándose y perfeccionándose a través de los tiempos, eran muy
parecidas a las que calan en nuestro litoral en la actualidad.
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Punta del caimán Isla Cristina |
Existe toda una historia de la utilización de este arte
tradicional en Andalucía, que ha conocido a través de los tiempos épocas de
gran auge, especialmente durante el dominio romano y en los casi seis siglos (siglo
XIII – siglo XIX) que duró el monopolio de su explotación por la Casa Ducal de
Medina Sidonia.
De la importancia de esta pesquería en los
últimos tiempos da una idea la existencia, entre los años 1928 y 1970, del
Consorcio Nacional Almadrabero, resultado de la unión de empresas
almadraberas andaluzas, que construyó y gestionó poblados almadraberos en Sancti Petri, Tarifa y La Atunara, entre otros. En estos
poblados vivía la población que trabajaba tanto en faenas de pesca como en actividades
anexas, fundamentalmente en las fábricas de salazón y conservas de atún.
Este desarrollo se refiere fundamentalmente a la
industrialización conservera (fundamentalmente conserva de atún aunque también
de sardina) y se dio principalmente en las fábricas de Serafín Romeu y de Pérez
y Feu de Isla Cristina de este último también en Ayamonte. El precio de la
tecnología en el momento era algo desdeñable, si lo comparamos con los costes
del canon o de la reposición de material de las almadrabas. En los años 1910 se
redujo la mano de obra debido a la mecanización de los barcos almadraberos, con
lo que bajaron los costes de producción. Teniendo en cuenta que los años de la
Primera Guerra Mundial y la posguerra fueron años de un fuerte incremento de
las exportaciones y en que los precios de la conserva de atún sufrieron fuertes
subidas, la inversión en infraestructuras y la mejora de las instalaciones eran
necesarias y convenientes.
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Conservera Isleña |
De las cuatro grandes empresas conserveras del golfo de
Cádiz que acumulaban la práctica totalidad del sector nacional; Viuda de
Zamorano, Serafín Romeu, José Ramón Curbera y Compañía Almadrabera Española,
las dos primeras eran isleñas. Estas empresas constituían un claro ejemplo de
concentración de la actividad, controlando todo el proceso desde la extracción.
La capacidad media de producción diaria de las empresas almadrabero conserveras
gaditanas, esto es, conservas de atún (por lo general en manos de empresarios
procedentes de Isla Cristina o Ayamonte) sobrepasaba los 50.000 kg. Además de
una cantidad análoga de salazón. En una sola campaña podían producir hasta
15.000 atunes (aproximadamente 1.200.000 kilogramos de conserva). Además, las
colonias industriales propiedad de Viuda de Zamorano, Romeu y Cª contaban con
escuelas, un pequeño hospital, economato, alojamientos,... toda una ciudad para
albergar a veces a más de 600 trabajadores y sus familias en el Real de las
almadrabas.
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